¿Cuáles son los riesgos que asume el donante vivo de un riñón?

Como cualquier otra intervención quirúrgica, esta cirugía conlleva un riesgo asociado. La tasa de mortalidad está estimada alrededor del 0,03%. Las complicaciones que pueden conducir al fallecimiento del donante son: la hemorragia, la embolia pulmonar, el daño intestinal y el ataque al corazón. Estas complicaciones aparecen en aproximadamente un 0,5- 2% de los casos aunque no siempre con fatales consecuencias.

Existen otras complicaciones menos peligrosas pero más frecuentes en su presentación (15-40% de los casos) que incluyen: infección del tracto urinario, infección de la herida, neumonía, daños en el sistema nervioso, problemas psicológicos, depresión, dolor postoperatorio severo, trombosis venosa, reacciones alérgicas, problemas de corazón, diarrea, hernia y alteraciones hepáticas menores. El dolor post-quirúrgico es la complicación más común.

Con el fin de proteger al máximo al donante, habitualmente se aplican medidas de prevención de dichas complicaciones y se tratan lo más rápidamente posible si suceden.

Recientemente, un estudio español multicéntrico “Impacto psicosocial del proceso de donación en el donante vivo de órganos para trasplante”, cofinanciado por el Instituto Carlos III (Estudio FIS PI10/00949) mostró que los donantes renales valoraban que antes de la donación se les explico con claridad (9.4 sobre 10 puntos) los riesgos del procedimiento y afirmaron haber aceptado este riesgo habiéndolo pensado bien (9.4 sobre 10 puntos).